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Foto del escritorValeria Soto

Ganan las mujeres, ganamos tod@s

Es extraño que todavía en el siglo XXI nos sorprendamos cuando una mujer que desempeña un cargo de poder, lo ejerza de manera extraordinaria. Estamos tan acostumbrados a la influencia masculina en puesto de dirección que no se concibe la gestión de otra forma ¿no es acaso momento de cambiar nuestros lentes?.


Cada vez existen más evidencias que demuestran que la contratación de mujeres en puestos de gerencia, no es un acto de filantropía o de cumplimiento de una cuota que garantice la paridad, sino que, realmente, trae múltiples beneficios a las empresas y la sociedad.


Tal como señala la Consultora Aequales en su página web, se ha dicho que la presencia de mujeres en posiciones directivas se asocia con mejores estándares ambientales, sociales y de gobierno, que se traducen en menor riesgo de fraude y mejor clima laboral (Miceli & Donaggio, 2018). Incluso, hay datos relevantes en cuanto a la obtención de mayores beneficios económicos, considerando que existe una probabilidad, 21% mayor, de superar la rentabilidad promedio de la industria (McKinsey, 2018).Asimismo, estos resultados positivos se replican a nivel de área, rubro y posición que ocupa una mujer en cualquier puesto laboral. Se afirma, entonces, que la contratación de mujeres aporta nuevos modelos de pensamiento, fomenta la innovación, la resolución de problemas, y robustecen a los equipos.


Es sorprendente que, pese a todas las investigaciones realizadas, haya habido tan pocos avances en los últimos años. Es necesario cuestionarse ¿por qué los espacios de influencia siguen estando liderados por hombres persistentemente? ¿Es tan difícil salir del statu quo y compartir los puestos de poder en las organizaciones? ¿Cuáles son las barreras que faltan derribar?


Consideramos que las empresas deben priorizar el cumplimiento de sus propósitos y objetivos buscando la eficiencia y rentabilidad por sobre los intereses individuales de un grupo específico. Es sabido que cerrar las brechas de género en el mercado laboral, podría implicar un incremento de hasta el 34% del PBI de la región para el 2025 (McKinsey, 2015).


En última instancia, si las empresas quieren ser coherentes con su rol en la sociedad, deben alinearse y conducirse hacia los objetivos de la agenda global que se plasma en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 5): Igualdad de género.


En efecto, urge la implementación y mejora de las políticas de diversidad de género en las empresas, resaltando que éstas deben ser aplicadas de forma transversal en toda la organización. Si la empresa se coloca los lentes de la equidad de género, se pueden hacer mejoras sustanciales en cada proceso.


Es así que, desde Retarte, en el mes de la mujer, queremos recordar que las empresas tienen un rol fundamental en la transformación de la sociedad, y que con algunos cambios como, seleccionar en base a capacidades y competencias, darles el espacio y las herramientas adecuadas, visibilizar sus aportes, incluirlas en los consejos de administración y en los equipos ejecutivos y darles un rol protagónico en los proyectos; se irá avanzando de manera sostenible.

Creemos firmemente en la importancia de generar oportunidades para las mujeres, en las que, brindándoles ámbitos de participación equitativos, puedan continuar demostrando su valioso aporte y construyendo la sociedad que todos y todas merecemos.

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